09-04-2007

Transantiago: Una metafora para la iglesia

Antes de que empiecen a tirarme piedras (si no las tienen todas los jóvenes), quiero declarar mis intenciones. Tres cosas super importante que necesitas saber de mi:
• Amo a la iglesia, el cuerpo de Cristo, la novia de Cristo, Ekklesia
• No es algo personal contra ninguna denominación, ni sabor de la iglesia
• Quiero ser parte de la solución, no sólo criticar y quedarme al lado
Como todo el país está pendiente y nosotros los Santiaguinos estamos sufriendo las consecuencias de Transantiago, me hizo pensar un poco. No lo típico de quejarse de Transantiago, sino analizar y criticar un poco lo que está pasando. Y la verdad me llegó a la mente que lo que está pasando con Transantiago no es tan diferente de lo que está pasando en la iglesia con la excepción que a nadie de la prensa le importa. Entonces les quiero compartir tres observaciones acerca de las similitudes entre Transantiago y la iglesia.

El medio si importa

Mi papá siempre me decía que el transporte es para llevar de Punto A a Punto B y en parte tiene razón. Sin embargo, si para llegar a Punto B tiene que subirte a un vagón del metro tan lleno que a penas puedes respirar (de punto de vista de un gordito), hay un problema. Imagínate todos los diás así desde Puente Alto al centro (45 minutos). Lo que lamento es que muchas veces tenemos la misma actitud en la iglesia. No nos importa cómo la gente lo pase. No nos importa que estén más que aburridos en nuestros cultos y que le da lata ir si no fuera por ver a sus amigos. Juntarse como la iglesia debe ser un tiempo rico. Hay mucha gente ha abandonado el metro durante este tiempo, y lo mismo pasa con la iglesia. Muchos jóvenes han decidido jugárselo solo a pesar del sacrificio, igual como mucha gente ha sacrificado para comprarse un auto como ve que Transantiago no funciona. La iglesia tiene que cambiar para que sea de nuevo un lugar cómodo y atractivo para la gente.

Nuestros líderes tienen que usar la micro

Siempre pensé que era un chiste usar Zamorano como el vocero para Transantiago. ¡Qué barbaridad! ¿Cuándo fue la última vez que Zamarano se subió a una micro? Ahora hemos visto también a los ministros y hasta nuestra presidenta hablar de cómo arreglar este tremendo lio en se ha metido la ciudad (casi la mitad de Chile) pero ninguno de ellos tiene que subirse a la micro o al metro durante la hora peak para llegar a la pega. ¡No tienen idea! Eso a veces pienso de muchos de nuestros líderes eclesiásticos. No están muy conectados con lo que está pasando en el mundo real. De hecho muchos de ellos están aterrorizados del mundo. Si la iglesia va a alcanzar a las necesidades de los jóvenes y los adultos jóvenes de hoy, necesitaremos líderes que están actualizados. No basta con líderes que viven en fantasilandia hablando de teología que no se aplica nunca a la vida. Pueden sonreír y decir "Que el Señor le bendiga", pero eso no va a hacer nada. Tienen que ensuciarse las manos y ponerse al nivel de la gente. Eso puede significar muchas cosas como aprender a usar Messenger o sacarse la corbata.

Más de lo mismo no va a solucionar los problemas

Para mí lo más chanta de todo Transantiago (sé que es difícil elegir una sola cosa) ha sido las micros pintadas. ¡No puede ser! Después de escuchar todo de las nuevas micros más bakanes que iban a servir para los minusválidos, etc. y llegan con estas porquerías. O piensan que somos muy tontos y son más barsudos que yo había imaginado. Pero pasa algo similar en la iglesia. Necesitamos hacer cambios fundamentales. ¿Y qué hacemos? Ponemos una batería o un datashow en la iglesia como esto va resolver todos los problemas. Hay problemas de raíces que hay tratar. Hay cambios de fondo que deben pasar, pero en vez de tratar con el asunto pones parches. La verdad es que los parches se ven feos y sirven por poquito tiempo. Mi intención con este posteo es animar a que de verdad miremos a la iglesia y con honestidad contestemos algunas preguntas como, “¿Cómo debe ser la iglesia de hoy?”, “¿Estamos supliendo las necesidades de la gente?” o “¿Qué tengo que hacer yo como líder para mejor servir?”
Ahí está sobre la mesa…ahora tenemos que decidir qué hacer.

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